sábado, agosto 04, 2007

Sonido de Nostalgia
Por: Nicolás González Gutiérrez


Suena un sentido tango en la habitación. Por el pasillo del hogar flota un dejo de nostalgia. Es noche, el tiempo más trillado de los tiempos en la literatura y la luna de papel, brinda un poco de su opaca lumbre para iluminar la habitación del hombre desgastado por el desgaste.

Son tiempos modernos, es verdad, pero aún existen seres que le apuestan al amor. No el amor de hoy, fugaz y perecedero como las noches en las que se suscita. No, se trata de ese amor de antaño, por el que los poetas tuvieron la osadía de matarse y por el que el tango que suena es capaz de incrustarse en el corazón como un diamante en una argolla.

Aún viven esos seres cuyas alas fueron mutiladas por la sevicia de los tiempos que avanzan sin piedad. Tratan de volar con las plumas enjugadas en su sangre, porque aquella pócima alizarina es la esencia máxima del vuelo.

Y allí está el hombre desgastado, con su sangre brotando de la espalda, flujo rojo de nostalgia, alas del que intenta enamorar al amor…

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