sábado, agosto 04, 2007

UNA PARTIDA SIN LLEGADA
Por: Carlos Andrés Escobar Bustos


Hola estimada mía. Tu voz ha cambiado en el último tiempo. ¿Sospechas de mí? Supongo que sí... Supongo que no es difícil sentir la respiración de alguien que ahoga el grito de amor. Mientras tú practicabas devociones y le rendías culto a los santos santuarios, mi mente cantaba en un concierto de guitarras y violines. ¡Vaya! Es un extraño sentimiento el que me cobija. ¿Quién eres hoy para mí cuando ya eres más que un ser especial como cualquier otro?

¡Quisiera saber dónde estás! Cuando no dejas que yo te encuentre en algún lugar es porque estás en un mapa diferente al mío. Una resistencia invisible nos está alejando, tal vez creencias erróneas que distorsionan una realidad que está nominándose como evidente. Eran las tres y treinta y tres de la tarde cuando la cortina de mi habitación permitió la entrada de la otra mitad del cansado sol cargado de energía vital.

Tus pretextos son pensamientos de los cuales me alimento en las noches antes de ir a dormir. A ratos creo que te veré en la televisión porque nunca has estado en mi verdad. Cuando me miras utilizando palabras evasivas causas un estruendo fisiológico en mis partes sensibles. Si pierdes un minuto conmigo estoy dispuesto a perder una hora contigo. ¿Por qué será tan difícil entenderlo?

Nada es igual que antes, ni siquiera aquello que parecía un juego romántico de teatro donde nos juramos amistad eterna, mintiéndole al universo y sufriendo interiormente por la imposibilidad de construir un uno en contra de las circunstancias traidoras de aquel engañoso y oprobioso presente. Y mientras tú intentas no experimentar a cambio de tener paz, yo sigo quemando mis heridas para hacerlas revivir en el interminable fuego. ¿Para qué te vas si todavía no has llegado?

Y todavía me pregunto si pedirte que te quedes es la puerta de entrada para que me vaya...

1 comentario:

Colectivo Cultural Atarraya dijo...

Un texto hermoso, cargado de la nostalgia que caracteriza a los seres sensibles... Poesía a lo largo y ancho de la hoja; el corazón al desnudo y palpitante de anhelos...