lunes, octubre 23, 2006

No-Ser
Por Nicolás Rodríguez Páez. Nació el 22 de diciembre del 1984 en la ciudad de Bogotá. Sus actividades predilectas son: tocar la guitarra, leer y tomar. Actualmente se encuentra estudiando Psicología en la Pontificia Universidad Javeriana.

A veces me pregunto si en verdad vale la pena apostarle algo a la existencia, al ser, en contraposición a la nada. Pero es una pregunta vacía, pues en mi vida nunca he tenido un “ser”, tan sólo intentos irremediables de alcanzar “mis” imposibles. ¿Por qué “mis”?; porque los siento en mi sangre, el problema es que nunca los veo en el espejo; detrás de este sólo encuentro vacío y temor…

“Ser”… Es extraño cómo nos encariñamos con ideas ajenas y las defendemos desde el fondo de nuestras almas, sabiendo en última instancia que ni son propias, ni son únicas, ni tampoco ellas nos necesitan para seguir existiendo. Esto nos confronta con esa cara siniestra que no queremos ver y que ha estado con nosotros desde tiempo atrás: la realidad de lo ajeno en nosotros, ese ajeno que nos acalla o que nos motiva, esa parte del ser amado que aún actúa sobre nosotros y nos regula…

¡Ahí está el verdadero problema con nosotros mismos! Es por eso que cualquier lucha por “ser” guarda algo que no entendemos, algo que nos trastoca: es el hecho que, si “somos”, lo somos para “alguien” quien sufre la misma paradoja que “yo”.

Pero no caigamos en el error de ver sólo lo trágico del asunto, pues en toda revelación son muchos los caminos a tomar, pues una primera acción conduce a una segunda, formado así una línea llamada deseo… Gracias a esto podemos descubrirnos con mayor facilidad en los otros: humanos, plantas, animales, colores y música. Nos abre las puertas a hechos insospechados y nuevas formulaciones de viejas preguntas, como aquella sobre la influencia que tienen los demás sobre el propio “ser”, sobre nuestra culpabilidad en ese hecho.

Todo esto me deja ver un mundo multifacético, uno con miles de discursos que atraviesan “mi” cuerpo; permite abrazarme al mundo con un grito múltiple: momentos desarmados que relaciono con todo con lo que me abro paso…

Lo difícil de todo esto es aceptar -si usted lector, lo desea claro está-, que no soy una entidad singular e inmutable, sino que por lo mínimo, soy dos fuerzas en relación y contraste permanente. ¿Estoy dispuesto a esto?, espero que si; el camino es largo y angustiante, pero vale la pena ya que sería una nueva forma de pensar la libertad y la comunidad, pues a diferencia de lo que se pensaría, la libertad sólo se encuentra en los ojos del otro en aquel momento en que decidimos jugar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

"La existencia es un movimiento y un flujo y reflujo eternos y penosos..." hernan hesse

La bidivision (o como lo llamaria hesse "en lobo y hombre,en instinto y espiritu) no es mas que una simplificacion muy grosera, una violencia ejercida sobre la realidad en beneficio de una explicacion plausible, pero equivocada, de las contradicciones que este hombre encuentra dentro de si y que le parecen la fuente de sus no escasos sufrimientos.

Y como afirmaria hesse "la vida oscila... no ya entre dos polos... sino que oscila entre millares, entre incontables pares de polos"

Por lo tanto usted y todos nosotros jamas seremos uno, ni dos y mucho menos tres, seremos millones, que encarnan un solo cuerpo.